La Línea de Fuego

Hillary Clinton, la mejor ‘reina del caos’ de Estados Unidos

Hillary Clinton ha servido como secretaria de Estado, senadora de los Estados Unidos por el estado de Nueva York, primera dama de los Estados Unidos, primera dama del estado de Arkansas, abogada, profesora de leyes y activista.

Su padre, un veterano de guerra de la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, vendía cortinas, y su madre daba clases en la escuela dominical. Sus primeros pasos familiares la encaminaron a encontrar su propia voz para luchar por la justicia social.

“Llegamos a Wellesley y encontramos que, como todas lo hemos hecho, había una brecha entre las expectativas y la realidad. Pero no era una brecha que nos desanimaba y tampoco nos convirtió en cínicas o amargadas a los 18 años”.

Fue la primera mujer de muchas, y su hija, con el expresidente Bill Clinton, tiene nombre de canción, Chealsea, por ‘Chealse Morning’ de Joni Mitchell. La reelección de su marido en 1996 fue la primera que se transmitió por Internet y a partir de la década de los 2000 comenzó su turno en primera fila de la política como senadora por el Estado de Nueva York,  después secretaria de Estado, aunque la escritora Diana Johnstone la haya definido en su libro como ‘La reina del caos’.

En realidad, Trump se ha convertido en titular porque es xénofobo, machista, irrespetuosos y es lo más alejado a una imagen de presidente de Estados Unidos,  a pesar de que sus ideas lo llevasen al culmen del éxito empresarial. Es un showman y Clinton ha sabido aprovechar la mala educación de Donald, lo que ha puesto la guinda al pastel de lo que se lleva fraguando durante más de 20 años en el partido demócrata, que Hillary sea la primera mujer presidenta de los Estados Unidos.

En Estados Unidos se suele elegir entre dos bandidos, donde uno siempre es mejor que otro. No existen pruebas en la historia de que las mujeres que fueron reinas o presidentas hayan beneficiado a la población femenina, aunque si ha supuesto un símbolo que sirve para consolidar la política y avanzar hacia nuevas agendas. Para entenderlo, aunque la elección de Barack Obama hizo felices a los afroamericanos por motivos simbólicos, la situación de la población afroamericana ha ido empeorando.

De todos modos, Hillary es la ‘bandida buena’ por así decirlo, porque su contrincante no sale del discurso del miedo y del odio al mismo tiempo que desprecia la verdad. Expulsa a los periodistas de sus ruedas de prensa, llama cerditas a las mujeres que no fueron por las líneas que el determinó el algún momento, y claramente expulsa a los inmigrantes del territorio americano. Nada polite.