La Línea de Fuego

Cónyuges sostenedores

Hoy vengo a hablaros de uno de los conceptos más geniales que he aprendido este año: el cónyuge sostenedor. Os preguntaréis qué es eso. Pues veréis, es sencillo. Un cónyuge sostenedor es ese integrante de la pareja que sostiene, que cuida al otro integrante. No estoy hablando solo de un sostenimiento económico sino también – e incluso más – de un cuidado emocional. Un cónyuge sostenedor es aquel que apoya a su pareja sobre todo en el desarrollo de su carrera profesional.

Es interesante estudiar este concepto en relación con los y las creadoras. Cuando pensamos en ese genio creador, en ese hombre dedicado única y exclusivamente a la escritura, que se encierra a escribir aislado del mundo, a menudo, con esta visión romántica de la creación, nos olvidamos de todos esos cuidados que necesita en su día a día. Tener algo que comer, ropa limpia que poder ponerse, etc. ¿Quién se encarga de todo esto? Generalmente son las mujeres las encargadas del cuidado no sólo de la casa sino de todos los integrantes de la misma.

Si estás escribiendo un libro, estudiando un doctorado o desarrollando cualquier labor intelectual, seguramente vayas a necesitar ayuda con estas labores cotidianas. Pero además, también vas a necesitar apoyo emocional. Esto es así. Somos seres sociales, con sus dependencias y sus necesidades. Todos y todas necesitamos cuidados.

¿Qué pasa cuando eres mujer, escritora, madre y esposa? Pues suele suceder que, si tienes la suerte de tener uno de estos cónyuges sostenedores, será mucho más fácil conseguir desarrollar tus creaciones artísticas. Si no has tenido tanta suerte, lo más seguro es que acabes desarrollando tus labores creativas en plena madrugada, antes de ponerte a preparar el desayuno para tus criaturas. Esto es lo que hacía, por ejemplo, Sylvia Plath.

sylvia plath

¿Qué sucede en una pareja en la que ambos son escritores? ¿Quién se ocupa del cuidado de los niños? ¿Quién sostiene a quién? En esta sociedad individualista tendemos a centrar el éxito en la persona que crea la obra. Por supuesto, está bien reconocer el talento, pero parece que nos olvidamos de que es casi imposible que lo haya conseguido sin algún tipo de ayuda, sin algún tipo de cuidado.

“Will you marry it?

It is guaranteed”

Estos versos forman parte del poema “The applicant” dentro de la obra Ariel de Sylvia Plath. La mayoría de la crítica coincide en que éste es el mejor poemario de la autora. No logró finalizarlo, pues se suicidó antes de terminarlo.

Sylvia Plath y Ted Hughes ya habían roto su relación para aquel entonces y este libro es una buena muestra de la angustia de la autora. Estos versos me marcaron especialmente. Ese “it” que indica objeto y no persona me hizo pensar cómo debería sentirse Sylvia en su matrimonio, más como un objeto con la función de cuidar que como una persona con sus necesidades y sus aspiraciones. Quizás con ese “it” nos está diciendo lo instrumental que se sentía en su matrimonio. No puedo dejar de pensar en qué habría pasado si Sylvia Plath hubiera tenido un cónyuge sostenedor.