La Línea de Fuego

Editoriales y librerías ante la crisis: la necesidad de una historia unida

Este Día del Libro no es como los que acostumbramos todos los años. Hoy, para muchos por primera vez, no podemos pasear por las librerías y picar demasiado con todas esas novedades editoriales que llevan esperando al día especial del año para que por fin caigamos en sus páginas. 

La crisis del Covid-19 está cambiando nuestra forma de ver el mundo, de interactuar con él y de entenderlo. Y dentro de toda esta vorágine de tiempo suspendido, el sector del libro es uno de los que más nos está ayudando a sobrellevar cuarentenas, pero también uno de los más perjudicados, sobre todo en el caso de editoriales independientes y pequeñas librerías. Algunas de ellas nos cuentan en este día cómo están viviendo en tiempos de Coronavirus. 

“Hemos tenido que ralentizar los procesos”, dicen Marina y Carla desde Índigo Editoras. Lo mismo les ha pasado a casi todas las demás, como Letraversal. Desde Liberoamérica, su editora Inés Martínez nos cuenta que tenía previsto para este mismo mes el lanzamiento de ‘Corva’, de Yanina Giglio, y que de momento ha tenido que ser interrumpido.

Hay otras pocas, sin embargo, cuya forma de trabajar no se ha visto alterada. Es el caso de Circo de Extravíos, cuyos libros son “de cocción lenta”, como ellos mismos definen, y de momento pueden seguir trabajando desde casa con sus autoras e ilustradoras, aunque el parón les afecta tanto en el proceso de distribución como en el de ventas. Algo parecido sucede con las microeditoriales como Piezas Azules. “Al ser una microeditorial, tenemos un planning mini y las alteraciones han sido del mismo tamaño”, dice Patricia, ya que si bien su calendario sufrirá algunas alteraciones, siguen teniendo en mente publicar los tres títulos esperados este año. 

Cómo renovar el panorama editorial en tiempos de Coronavirus

Si bien desde el decreto de estado de alarma parece que la vida se paralizó por completo, el sector del libro ha querido seguir al pie del cañón ofreciendo estos salvavidas de papel que tanto nos están ayudando en estos días. Algunos lo han hecho de forma económica, bien sea para beneficiar a lectoras o a librerías. Liberoamérica ha adoptado los envíos gratuitos de las compras en su web, en la cual ha tenido ofertas como un 3×2 en sus títulos o un 10% de descuento en su antología Latinoamericanas.

Por parte de Letraversal, el 35% de cada compra en su web se dona a la librería que la lectora elija al hacer su pedido. “Lo hacemos con la idea de apoyar la labor de las librerías independientes y de sensibilizar a nuestra comunidad sobre la importancia de las librerías”, matizan. Eso sí, su catálogo ahora mismo es online para no poner en riesgo al colectivo de repartidoras y mensajeras.

Índigo lanzó también su propuesta especial en estos días: una convocatoria especial abierta a la que han titulado “diarios de un encierro” en la que han ido recogiendo testimonios de quien los ha querido poner a su disposición para publicar un ebook sobre estos tiempos de cuarentena. 

Pero también hay quien ha aprovechado para descansar, para cuidarse y cuidar a sus autoras. Es el caso de Piezas azules. “Hemos elegido dejar de hacer envíos durante el estado de alarma. Estamos un poco introvertidas en redes, dedicándonos a trabajar con Marian Peyró en su próximo libro. Para nosotras publicar un libro debe ser una fuente de felicidad, no un factor de estrés”, cuentan. 

La necesidad de cuidarse

Pese a que cada editorial está teniendo una forma distinta de paliar la crisis, todos coinciden en un mismo punto de un sector ya castigado de por sí. “Todos tenemos claro que salvar el mayor número de vidas es la máxima prioridad, pero eso no entra en conflicto para nada con que se tomen medidas ya mismo para que el tejido cultural no desaparezca. Hacen falta unas ayudas públicas, apoyo estatal… Una mayor inversión en el sector, en general”, apunta Carlos Asensio desde Circo de Extravíos. 

“Sé de primera mano que las editoriales más pequeñas, las menos conocidas o las que no terminan de encajar en el mercado, son las que más van a sufrir en cuanto las librerías abran, devuelvan sus ejemplares y las distribuidoras comiencen a notificar la devolución con el consiguiente sablazo económico”, especifica Inés Martinez.

La luz al final del confinamiento

Para cuando todo esto acabe, la idea de normalidad ronda las mente de las editoras. Continuar proyectos que ahora mismo se encuentran en stand by, retomar presentaciones y continuar con el compromiso que tienen con sus lectoras son los deseos comunes de todas, aunque todavía desde la incertidumbre.

«Nos encantaría celebrar una fiesta con todas las editoriales independientes amigas con las que normalmente compartimos penas y alegrías: sin el apoyo mutuo, no somos nada», propone Carlos Asensio.

Las librerías hablan: el caso de Re-Read Guzmán el Bueno

Las librerías no quedan exentas de peligro en esta crisis. Algunas han optado por envíos a domicilio por contacto cero, otras han decidido interrumpirlos para salvaguardar la salud de quienes se exponen en los repartos. El caso de la librería Re-Read Guzmán el Bueno, una librería de segunda mano situada en la homónima calle madrileña, es un poco excepcional.

«El tema de retrasos en publicaciones de novedades o aplazamientos como la Feria del Libro no nos va a afectar tanto como a librerías de nuevo. Nuestro handicap será que nuestros fondos provienen de compras a particulares, tanto a domicilio como en la tienda, y con el distanciamiento social posteriori al estado de alarma va a ser complicado gestionarlo», explica Beatriz Menéndez, su librera.

Librería Re-Read Guzmán el Bueno

Cuando la crisis sobrevino, esta librería hacía tan solo un mes y medio que había abierto sus puertas. Cuando pueda volver a hacerlo, las medidas higiénicas serán más exhaustivas que antes. «Aunque ya desinfectábamos los libros antes, ahora añadiremos medidas extra como dejar los libros en ‘cuarentena’ antes de sacarlos a la venta u ofrecer guantes y mascarillas a las lectoras», afirma Beatriz, que también sueña con una fiesta de reapertura.

Para cuando llegue ese momento la librería contará, además, con un sistema de reserva por teléfono y whatsapp y pago vía transferencia bancaria, de forma que las lectoras simplemente tengan que ir a recoger los libros.

Pero no podemos olvidarnos de que uno de los atractivos de las librerías es pasear entre sus títulos hasta encontrar aquel que nos atrape y casi nos obligue a llevárnoslo a casa. Un buen momento es quizás ahora para aprovechar las tarjetas solidarias que la librería ha lanzado para hacer frente a estos meses, con importe de entre 10 y 100 euros y con las que, una vez que la normalidad vuelva a su cauce, podremos adquirir cualquiera de sus libros a 2 euros.

Y mientras todo pasa, sigamos leyendo y soñando con el día que las librerías se vuelvan a llenar.