La Línea de Fuego

Sus voces, nuestras historias

Libros de Zadie Smith, Siri Hustvedt, Sally Rooney, Rachel Cusk, Edna O'Brien

Hace poco, Carmen G. de la Cueva publicó un artículo magnífico en CTXT en el que reflexionaba sobre por qué ahora mismo solo quiere leer a escritoras. Escribe Carmen:

«Y en este momento preciso de mi vida, justo en este momento de soledad absoluta, de noches insomnes y precariedad, necesito las vidas de ellas, sus cuerpos, sus historias, sus maneras de mirar. Llamémoslo instinto, llamémoslo sentir una mano en el hombro. O llamémoslo buena literatura».

Si bien en las últimas semanas sí he leído algunos libros escritos por hombres, yo también siento eso. Necesito a escritoras contemporáneas que construyen historias del ahora. Adoro la ciencia ficción y autoras como Mariana Enriquez me quitan el aliento, pero no es lo que busco ahora.

Necesito las palabras de escritoras como Siri Hustvedt (a la que Carmen también menciona en su artículo), como Zadie Smith, como Rachel Cusk, que dan sentido al mundo globalizado e hiperconectado que habitamos y me ayudan a no perderme. Las necesito para respirar, para encontrarme y aprender, para encontrar un resquicio entre las vidas, entre las ciudades y entre las políticas (lo personal es político) que rigen nuestras propias historias.

Dice Zadie (me permito la licencia de llamarlas por sus nombres de pila aquí, porque así es como las llamo en mi fuero interno) al comienzo de una de sus columnas para el New York Review of Books: «Siempre he sido consciente de tener una personalidad incoherente. De tener muchas voces contradictorias rondando por mi cabeza» (disculpad la horrible traducción). Y señala el antídoto, la solución, para dar sentido a esas voces y a esa incoherencia: la ficción.

Y este sentimiento al que ella pone palabras, cuerpo y nombre es algo que, salvando las distancias (porque Zadie es una brillante escritora y ensayista que publicó una novela monumental a los 24 años), me sucede.

Por eso busco que Edna me hable de otro país y otra generación pero de unas vivencias que puedo entender y experimentar en sus palabras. Quiero que a través de la voz de Chimamanda me asome a realidades tan distintas y tan similares a la mía.

Necesito que Siri me recuerde que estamos en constante construcción de nuestras propias historias, porque los recuerdos también son ficción. Quiero que Rachel me muestre que a veces la mejor forma de observar es a través de los ojos de otra, y que Sally me explique, casi sin palabras, que el amor es relativo.

Necesito sus voces y necesito su ficción, sus ensayos, sus entrevistas. Busco como una obsesa podcasts, entrevistas y artículos en los que encontrar más palabras suyas. Me doy cuenta además de que todas ellas también escriben ensayos, también reflexionan sobre el poder de la ficción, el papel que tiene la reflexión dentro de la literatura.

Y quizás las busco también por eso: para otorgar sentido a lo que pienso, hago y escribo. Para sentir que hacer literatura es importante, pero que también lo es pensar y escribir sobre ella.