La Línea de Fuego

Verónica Forqué, la salud mental y la revisión social

Si has experimentado o estás experimentando algunos síntomas o sentimientos como depresión clínica, sentido de pérdida o duelo, intentos o deseos de auto lastimarte, contacta con tu hospital más cercano o llama a la línea de prevención del suicidio: 717 003 717. No estás sola.

Verónica Forqué se ha suicidado. Hace muy poco salía en televisión, en un programa de máxima audiencia, diciendo que no podía más. Muchos ignoraron sus palabras y muchos la llamaron loca durante toda su trayectoria en el programa en los últimos meses. 

Es el momento de revisarnos como sociedad. Primero, dándole la importancia que tiene a la salud mental. Desde instituciones, sí, y también dentro del propio sistema sanitario, donde en muchas ocasiones ni los propios profesionales saben cómo actuar (ya sea por falta de medios, por una cantidad ingente de pacientes o porque sigue habiendo mucho tabú al respecto). 

Pero también debemos revisarnos de lo individual a lo colectivo en una sociedad que decide en demasiadas ocasiones mirar hacia otro lado. En una sociedad, también, hiperconectada y con la necesidad imperiosa de hacer galardón de su individualismo y que ni es consciente ni quiere serlo del daño que se puede hacer. Hablamos de redes sociales como lugares llenos de bilis y gente que se oculta tras un avatar que tira opiniones como dardos a ciegas. Y que si te dan, duelen. Las publicaciones de Verónica Forqué se llenaban de comentarios haters, de gente llamándola loca, diciéndole que dejase la tele y se fuese al psiquiátrico. Tienes que ser una persona muy fuerte, aunque mentalmente estés sano, para aguantar todo eso continuamente. 

Ahora, incluso después de su muerte, sigue habiendo comentarios viles, muchas veces relacionados con sus ideales políticos o su forma de vida. Igual que pasó con Almudena Grandes hace dos semanas. Tampoco es casualidad que los comentarios tengan una fuerte retórica antifeminista o de ideales políticos.

Tenemos un problema como sociedad cuando estos comportamientos se perpetúan y la «cultura del bullying» está a la orden del día. Cuando, como sociedad, disfrutamos del sufrimiento ajeno y del hacer sufrir a las personas. La mayoría de los problemas de este mundo se solucionarían con un mínimo de empatía.

Cuando conocemos historias como la de Forqué, o datos como que el suicidio es la primera causa de muerte no natural, que en España se suicidan al día 10 personas de media, tiramos piedras sobre el tejado de otros. Pero esto es un trabajo conjunto, tanto de quienes tienen en sus manos mejorar el sistema a gran escala, como de quienes pueden poner granitos de arena para que este mundo sea un lugar un poco más habitable y menos hostil.