La Línea de Fuego

Renombrando el thriller con ‘La señora March’

Fotograma de la película Matrimonio original
Fotograma de la película Matrimonio original.

Empecé a leer La señora March después de ver este título colarse en las listas de los mejores de 2021 en los medios de Estados Unidos. Con ganas pero también con cierto temor, porque hace años que relegué el género del thriller a las series y películas que veo de fondo cuando no quiero pensar demasiado. Pero la primera novela de Virginia Feito, que publica en castellano Lumen el próximo 13 de enero prometía. Incluso Elisabeth Moss ha comprado los derechos para producir y protagonizar una película sobre el libro.

La señora March es la mujer de un afamado escritor, George March, cuyo último libro se convierte en un éxito instantáneo. Ella permanece ajena a este libro hasta que por casualidad la dependienta de su pastelería favorita le sugiere que la protagonista del libro podría estar inspirada en ella. A partir de ese momento comienza una espiral de pesquisas y dudas entre las que la señora March pierde la certeza de conocer a su marido y, sobre todo, a ella misma. Es así como esta novela te envuelve desde el primer momento, tejiendo la atmósfera de un Nueva York costumbrista donde las apariencias valen más que la propia realidad.

Una historia de la que no puedes escapar

Portada de La señora March

En menos de tres días he devorado esta historia que te atrapa desde el primer capítulo, narrada con una gran fuerza visual y que te deja atravesar sus páginas a toda velocidad y que te crea esa sensación de necesitar saber qué ocurre en el siguiente párrafo, uno tras otro. Virginia Feito construye una atmósfera narrativa asfixiante (en el buen sentido de la palabra) donde crees, como la señora March, tenerlo todo controlado, pero que no deja de sorprenderte a cada giro de página.

Es inevitable no rememorar las historias de Patricia Highsmith o Agatha Christie según avanza la lectura, e incluso evocar esa escritura del horror tan visual que dejaba Poe en sus cuentos, sin olvidarnos del inmenso homenaje a La señora Dalloway de Virginia Woolf en lo que a la construcción y desarrollo tanto de la trama como del personaje se refiere. De la misma manera, está presente en la narración el cine de Hitchcock en un thriller que tiene mucho de psicológico.

Un thriller que va más allá del thriller

El libro nos sitúa en un tiempo sin concretar, que en mi cabeza tiene un aura al más puro estilo Mad Men. Entre lujos y dudas, ahonda Feito en lo más profundo de su personaje: desde los primeros encuentros sexuales hasta el noviazgo con el que después sería su marido, pasando por su niñez o la manera de enfrentarse al paso del tiempo. Así vamos descubriendo no solo la propia psique de la señora March, sino también la base sobre la que se ha construido: una sociedad donde la mujer debe ser el complemento perfecto y no tener una voluntad propia, donde se la relega al papel de esposa y madre.

«El equipo médico lo atribuyó a una reacción hormonal, pero la humillación de verse manoseada y expuesta durante horas resultaba atroz. La señora March se dio cuenta de que lo único que les interesaba era el bebé. A nadie le importaba lo que pudiera pasarle a ella».

Una sociedad, al fin y al cabo, donde la mujer aspira a la perfección y a las apariencias. «A lo largo de los años, la señora March había visto menguar a todas las amigas de su madre mientras ofrecían todo tipo de excusas para rechazar una comida […]. Vivían agobiadas por el régimen que había, como si cargaran con una penitencia eterna», escribe Feito, recordando a aquella máxima de que la mayor opresión de la mujer ha sido la dieta que decía Naomi Wolf en El mito de la belleza.

La señora March puede ser una historia de terror, un thriller psicológico que nos transporta a un personaje que no quieres ver pero al que no puedes dejar de mirar. Pero es también un inevitable retrato de la sociedad que pone de manifiesto la violencia de género, la diferencia de clases y ese rol de mujer perfecta que todo lo puede siempre que se ajuste a su guión establecido. Este debut vertiginoso de Virginia Feito ha llegado, sin duda, para renombrar el género literario y hacerse un hueco en la literatura.