
«Estoy bien. Estoy bien», probablemente sea una de las frases que más hemos dicho todas en algún momento de la vida. Ese reafirmar que sí cuando en realidad es que no. Pero no nos sentimos con potestad para estar mal. Bajo esta premisa comienza el cómic Estoy fatal, gracias, de Lara Pickle y editado por VR Europa. Un cómic que pone en el centro la salud mental y la necesidad de decir a veces eso de la tía Loli de «fatal, gracias». A todas nos ha pasado en algún momento eso de estar viviendo el mejor momento de tu vida, tu trabajo soñado, tu ciudad soñada, pareja y amigos. Que todo vaya bien pero, aun así, ese algo dentro de ti que te dice que no todo va tan bien.
Lara Pickle se define a sí misma como una narradora a la que le encanta crear historias en cualquier tipo de soporte, y es que además de ilustradora y escritora de sus propios textos, también ha trabajado con programas de animación en ámbitos que van desde los videojuegos hasta la producción teatral. Estoy fatal, gracias, es su primer cómic publicado en España y Latinoamérica.
La importancia de dejarnos estar mal
En una sociedad donde prima la producción y el capitalismo por encima de nosotras mismas, persiste esa necesidad de aparentar felicidad pese a todo. Esa archiconocida sensación para muchas no dejarnos sentir nuestras emociones, no saber reconocerlas y llegar a dejarlas de lado quitándoles la importancia que tienen. Precisamente alrededor de este sentimiento se sitúa Pickle. En la negación de las emociones que terminan por acumularse y enquistarse.
A través de las maravillosas ilustraciones de la autora nos adentramos en la vida de Joana, una bruja que se traslada a vivir a Londres, su ciudad favorita, para vivir su sueño de trabajar en una de las mejores empresas de pociones. Sin embargo, la realidad pronto la golpea: conseguir piso es una odisea, el trabajo no es lo que esperaba y a penas tiene tiempo para algo más que estar cansada. Joana sabe que hay algo que no va bien, pero no se permite sentir ese algo, se obliga a poner buena cara ante esa imposición de ser feliz por no tener, en apariencia, ningún problema. ¿A quién no le suena esto?
Cómo controlar a nuestros dragones (emocionales)
Pero como todas sabemos, esto acaba por estallar. A Joana se le vienen encima todos sus dragones, salvajes e incontrolables. Es entonces cuando vienen las preguntas: ¿cómo controlamos a nuestros dragones interiores? ¿Cuándo identificar que necesitamos ayuda? ¿Cómo pedirla? ¿Y si no sirve para nada? ¿Pueden convertirse los feroces dragones en delicadas mariposas? Lara Pickle nos enseña que sí, aunque tampoco este camino sea fácil ni mucho menos lineal. Pero pedir ayuda es posible y no es nada de lo que avergonzarnos, que tomarnos el tiempo que necesitemos y que quien nos quiere estará a nuestro lado cuando por fin consigamos aplacar a los dragones. Nos enseña que la importancia de conocer nuestras propias emociones, entenderlas e identificarlas como lo que son: energía que nos guía en la vida.
Estoy fatal, gracias es un acercamiento perfecto para las adolescentes (y no tan adolescentes) hacia una salud mental de calidad, un paso en el derribo de ciertos mitos sobre las emociones. Un cómic que no debemos perdernos para ser un poquito más felices.